«Cuando soplan vientos de cambio, algunos construyen muros, otros molinos.» Proverbio Chino
El riesgo es inherente a los negocios y a la vida en general. El riesgo existe en todo en mayor o menor medida. Siempre que tomamos una decisión, consciente o inconsciente, en cualquier ámbito de nuestra vida, asumimos el riesgo a equivocarnos, ya sea éste medido o no. Cuando los riesgos se vuelven tan grandes que nos asustan nuestro mecanismo de supervivencia nos pone en posición de alerta y una de dos, o afrontamos el riesgo o huimos de él.
La aversión al riesgo viene de la idea de que solo puedes ganar o perder, por tanto solo arriesgamos cuando tenemos confianza en que el resultado va a ser positivo. Esa creencia está fundamentada en la fantasía que nos hemos creado de lo que es el éxito. Pensamos que triunfar es ganar, y que lo contrario es fracasar, lo que nos lleva a evitar asumir riesgos por miedo a perder, bien sea a nivel profesional como a nivel personal.
Ahora bien, pretender solo ganar sin perder es tan irreal como esperar que la primavera no acabe nunca o que no llegue la noche. Pues en la naturaleza todo es equilibrio, lo que significa que lo positivo y lo negativo ocurre en la vida sin que nada podamos hacer para evitarlo. La cuestión es que etiquetamos los acontecimientos como positivos o negativos según si apoyan o desafían nuestros valores fundamentales. Es decir, si le doy importancia al dinero por encima de otras cuestiones estaré valorando el resultado que obtenga únicamente con el baremo económico.
Es cierto que cuanto más arriesgas más ganas, y que todo negocio necesita cierta inversión de tiempo y dinero, sin embargo también es cierto que cuanto más ganas más pierdes. Ergo cuanto más triunfas más fracasas. O dicho de otra forma, con el fracaso también llega el éxito. Ahí está la cuestión. Por ello si quieres alcanzar tus metas has de prepararte para superar obstáculos, de igual modo que necesitas encontrar el regalo que cada contratiempo trae consigo y descubrir el perjuicio que cada beneficio conlleva.
En conclusión, huir del riesgo por miedo a perder no te evita perder. Quizás si no te arriesgas a emprender no pierdas tu dinero, pero puede que pierdas tu tiempo malgastándolo con un trabajo que no te gusta, o la ilusión por llevar la vida que deseas… Sea lo que sea que temes arriesgar y perder va a traerte alguna ganancia en la misma proporción. ¿Cuánto valen tus sueños? ¿Qué harías si supieras que no puedes fracasar? Deja tu comentario, me encantará leerlo.
1 Comment
Despues de leer este material, ha sido enrriqeucedor cada enseñanza.
Desde luego agradecemos e invitamos a consultar a un experto y profesional, para apoyarnos en el camino, qeu mejor qeu uno qeu apoye a empresas de manufactura.
Éxito https://bit.ly/1tI4dam